Marcia Facundo
BBC Mundo, Nuevo México
Para muchos jóvenes que viven en Anapra, un sector de la ciudad fronteriza de Sunland Park, en el sur del estado de Nuevo México, ser parte de la pandilla y el consumo de drogas y alcohol es un asunto de tradición.
Unas vías de ferrocarril y el Monte de Cristo Rey separan a Anapra de Ciudad Juárez, en Chihuahua, una de las ciudades más violentas del mundo y símbolo del conflicto con el narcotráfico en México.
Los expertos locales insisten en que la violencia "del otro lado" no ha cruzado la frontera, pero en el sur de Nuevo México, este sector es notorio por la rudeza de la pandilla DAT, siglas en inglés de "Del Territorio de Anapra".
"Ahí crecen como destinados (a pertenecer a la pandilla) y lo saben y no hacen nada para detenerlo", explicó a BBC Mundo Edgar Loya, residente de Sunland Park. "Desde que están chicos saben que van a ser pandilleros".
En imágenes: Sunland Park, tierra de pandillas
Pero lo que no ha logrado contener el intenso patrullaje en la frontera de Estados Unidos con México es el constante flujo de marihuana, cocaína y heroína barata que con facilidad consiguen los jóvenes de Sunland Park y que consumen de forma cotidiana.
Fácil acceso
Con un ingreso per cápita de US$6.576, Sunland Park es una de las ciudades más pobres de EE.UU. El sector Anapra es aún más indigente y es aquí donde se magnifican los problemas que enfrenta la juventud en toda esta área del sur de Nuevo México, adyacente a la ciudad de El Paso, Texas, y desde donde se ve Ciudad Juárez en toda su plenitud.
El paisaje que le toca al sur es de desechos y basureros. Las faldas de un sin número de lomas confunden los límites fronterizos mientras abundan las torres con censores eléctricos, radares y vehículos de la Patrulla Fronteriza de EE.UU.
Son muy escasos los parques o centros deportivos. Debido a la pobreza del lugar las perspectivas económicas para los jóvenes son escasas. Para escapar al aburrimiento la juventud aprovecha la cercanía de Sunland Park con Ciudad Juárez desde donde el narcotráfico que genera esa ciudad mexicana ha ofrecido durante años un fácil acceso a los estupefacientes.
Testimonio: "Se me hizo fácil conseguir al droga"
"Estamos en la frontera y es muy fácil conseguir la droga de Juárez", afirmó Loya. "Es barata, no es tan cara como en Nueva York. Aquí se consigue a precio de mayoreo".
Como Juárez
"Esto es como Juárez. Se podría pensar que es Juárez en estos momentos", exclama mientras hace un recorrido por Anapra Rob Gallardo, director del programa Operation No Gangs, organización que se dedica a ayudar a mantener fuera de las pandillas a los jóvenes de Sunland Park.
Parece tener razón Gallardo cuando resalta las similitudes de ambas comunidades. En el Anapra del lado estadounidense las calles no están pavimentadas, las casas están maltrechas y en algunos casos las viviendas son combinaciones de madera y concreto. Aquí está ausente la infraestructura de una ciudad moderna.
En una esquina del barrio, un joven en una bicicleta vigila el paso de "extranjeros" por la localidad.
Es Iván Viescas, quien se describe a sí mismo como un "tecato" miembro de la D.A.T. y está desesperado por conseguir US$5 para darse "un arreglo" de heroína, fácil de conseguir en Anapra.
"La droga viene de Juárez, por el Cristo Rey", explicó por su parte José Gutiérrez o "Crazy Boy", un "veterano" de la D.A.T de 42 años, mientras señala la cruz al tope de la montaña a donde fieles católicos acostumbran a hacer el peregrinaje.
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El costo escolar
En la escuela secundaria de Gadsden, el número de estudiantes que han sido detectados consumiendo drogas se triplicó el pasado año escolar, informó a BBC Mundo el director del plantel, Carey Chambers.
"Los carteles de la droga las están dando gratis a los estudiantes para que se puedan enganchar y las compren luego", indicó el educador. "No sé de dónde vienen, pero me imagino que es de Juárez".
Al mismo tiempo, por la crisis económica de EE.UU., el condado de Doña Ana ha recortado los presupuestos locales lo que ha significado menos policías escolares para el plantel.
"Para nosotros esta situación significa un costo enorme. Nuestros recursos deberían estar dirigidos a educar, no a controlar las drogas", añadió Chambers.
Por su parte, la escuela secundaria Santa Teresa estableció una clínica sanitaria que ofrece planificación familiar a los alumnos y en el plantel opera un centro de cuidado infantil ante el alto número de estudiantes embarazadas.
¿Poca violencia?
La actividad de pandillas juveniles se extiende por toda esta región. Según un estudio realizado por el Departamento de Justicia Criminal de la Universidad del Estado de Nuevo México (NMSU por sus siglas en inglés), solo en la pequeña localidad de Anthony, con una población de apenas 9.000 habitantes, operan más de 15 pandillas.
Sin embargo, el juez de la corte del Distrito del Condado Doña Ama, Fernando Macías, quien maneja casos de delincuencia juvenil argumentó que aunque se registran casos de violencia y actividad de pandillas, "no son desproporcionados con la población".
Pero, según cifras suministradas a BBC Mundo por el propio Macías, cada año ocurren más de 3.000 incidentes en los que cerca de 2.000 menores entran en contacto o son arrestados por la policía.
Robert Durán, profesor de Justicia Criminal de NMSU se mostró de acuerdo con el juez.
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Sí existe el problema de las pandillas, pero la violencia se concentra en México", dijo el experto.
"Aparentemente, hay enfrentamientos entre los distintos grupos y presión en las escuelas, pero la mayoría de los jóvenes no se dedican a las drogas y a la violencia, la mayoría trabaja duro y tienen sueños de (mayor) oportunidad", exclamó Durán.
Pero Gallardo, de Operation No Gangs expresó lo contrario. "La policía endulza la realidad. El aburrimiento y la falta de recursos están llevando a esta juventud por mal camino".
http://www.bbc.co.uk/mundo/internacional/2010/08/100819_eeuu_frontera_mexico_drogas_pandillas_mf.shtml
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