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El
pueblo de Puerto Rico necesita confianza en sus líderes. Si los líderes le
fallan al pueblo, el mismo pueblo no podrá confiar de nuevo. Este es el caso
del ex-convicto Jorge De Castro Font que estuvo en la prisión federal por
varios delitos, entre ellos corrupción gubernamental entre otros. Ahora, al
salir de la cárcel, se le ha dado una oportunidad de trabajar para la campaña
del candidato para la gobernación, el Dr. Ricardo Rosello, donde volverá a
estar activo en la política de nuevo.
El darle una oportunidad a un ex-convicto para que
vuelva a rehabilitarse no es nada malo. El problema está cuando a una persona
como el Sr. Font se le vuelve a instalar en un puesto o en una profesión que en
el pasado ya le había fallado al pueblo de Puerto Rico. Tener un puesto político
donde mucha gente depende de un líder es de sumo cuidado porque conlleva andar
y trabajar verticalmente y honestamente todo el tiempo. El Sr. Font demostró
que no fue competente para un puesto así, y si lo ponen en la política para
darle una oportunidad de trabajo, se puede estar seguro que a la primera
oportunidad que tenga para volver a sentarse en un puesto en el senado, no lo va
a pensar dos veces.
Ante
esta noticia, muchos se preguntan lo siguiente: ¿A caso no habrán otros
puertorriqueños altamente preparado y competente como para ocupar la posición
que el Sr. De Castro Font va a ocupar? Parece que el Dr. Rosello no se da de
cuenta de esos detalles, sino que, solo quiere seguir con la práctica y cultura del “amiguismo
y padrinaje” que tanto daño le ha hecho a Puerto Rico por décadas.
Fuente:
PRinforma.com. Extraído de http://www.prinforma.com/news/?p=112